viernes, 2 de marzo de 2007

Confesiones de mi otra personalidad

En mi vida me han sucedido cosas raras y hasta bastante locas, de las cuales la mayoría de las veces yo e sido la responsable. Mejor dicho, mi otra personalidad es la responsable.

Pero lo que me sucedió el fin de semana pasado, nunca pensé que me pudiera pasar a mi. Yo en medio de todo llevo una doble vida, por una parte soy una mujer muy juiciosa, estoy como dicen felizmente casada, soy una amante esposa, aunque me esté mal decirlo magnifica empleada, participo activamente en la iglesia, en fin casi tengo una vida perfecta.

Pero por otra parte, en ocasiones me dan unos arrebatos, que termino haciendo una locuras tremendas. Antonio mi marido, quien ignora todo sobre esos arrebatos que me dan, recientemente cumplió sus cuarenta abriles, por lo que su familia y en particular mi suegra que no me pasa, nos invitó a pasar unos días, con todos ellos en el estado de la Florida.

En principio Tony, como yo le digo, no pensaba ir, por aquello de que yo previamente le había dicho que estaba invitada a la reunión de mi clase. Pero cuando lo supe, le pedí que fuera, de lo contrario pensarían, que yo no lo había dejado ir por egoísmo. Cosa que en el fondo, no me convenía que Tony asistiera. Ya que siempre, como en todos los rencuentros de esa clase, sale alguien que se acuerda de alguna de mis tantas locuras, de cuando era estudiante, como el día cuando me encontraron el los vestidores, teniendo relaciones con dos de los jugadores estrella, del equipo de fútbol contrario, de paso ese equipo perdió, contra el de nuestra universidad. Pero esa digamos, que fue una de las menos fuertes.

Bueno pero volviendo al tema, el viernes después de que Tony tomó el avión, yo me dirigí a mi casa y uno de mis ex-compañeros de clase, llamado Luís con el que tengo bastante amistad, pasó por mí, para irnos en su auto ya que la fiesta era en una casa de campo de su propiedad. Desde que llegamos el viernes en la tarde, decidí que me soltaría el moño, es decir que haría todo aquello que me viniera en gana, como ponerme a beber hasta más y no poder, por lo que desde que llegué a la fiesta me la pase de trago en trago, cuando no era que me tomaba una cerveza, me tomaba una copa de vino o un trago de ron. Por lo que ya a eso de las nueve o diez de la noche, yo me encontraba bailando y vacilando bastante. Cuando bebo, pierdo todas mis inhibiciones, al punto que hago cosas, de las que después no es que no me acuerde, lo malo es que me acuerdo perfectamente, pero al momento de suceder, como que no me importa lo que pueda pasar luego.

Como esa noche, que después de estar bebiendo en compañía de Luis...

Continua aquí

No hay comentarios: