martes, 6 de marzo de 2007

Todavia no se porque lo hice

Es algo que desde que me sucedió, lo que me sucedió, no he dejado de pensar en ello intensamente.

Aunque en parte ya he llegado a una conclusión, que luego se las comentaré. Pero antes quiero contarle todo lo sucedido, para que tengan una mejor idea de todo y de esa manera sí gustan me pueden dar su opinión.

Por aquello de mantener el anonimato, digamos que me llamo María. Mi esposo se llama Rodrigo, con el que llevo casi diez años de casada, ambos somos católicos practicantes, tanto que tanto él como yo somos Ministros de Eucaristía. Les digo todo eso para que se den cuenta de que no soy una cualquiera, ni una loca.

A Rodrigo lo amo intensamente, tanto que lo que me sucedió, no se lo he dicho, por no hacerlo sufrir. Ya que se que él también me ama mucho. Recientemente mi esposo participó, de un retiro para hombres, auspiciado por un grupo de sacerdotes Jesuitas. Por lo cual debió pasar desde el viernes en la tarde y todo el fin de semana, hasta el domingo en la noche, fuera de casa en el retiro al que yo misma lo llevé en nuestro auto. Como parte del retiro, ni yo me podía comunicar con él, ni él conmigo, claro a menos que surgiera una emergencia real. Ya me encontraba de regreso a casa, cuando se me ocurrió entrar a una gran librería, que hay en un famoso centro comercial de la ciudad. Caminaba por los pasillos llenos de libros buscando algo sobre espiritualidad, cuando me topé por accidente con un chico, que...

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lunes, 5 de marzo de 2007

Apuesta entre hermanos

Hace mucho aprendí, que no era bueno el hacer apuestas con Irma mi hermana menor. Ya que desde pequeña ha sido el tipo de persona, que no le agrada perder. A diferencia mía, que no me molesto por eso. Irma quería ganar todo el tiempo, a como diera lugar.

Pero como digo una cosa digo la otra, las veces que finalmente aceptaba que perdía, aun a regañadientes cumplía con lo convenido. Por lo que apenas tuve cierto uso de razón, evadía el jugar con ella, evitando así pasar malos ratos.

Pero con el pasar del tiempo, ya de adultos eso en parte se me había olvidado. Yo me casé y ella también, aunque manteníamos contacto, realmente era poco lo que nos veíamos en el año. Salvo en navidades o por alguna situación familiar, como matrimonios, nacimientos o el funeral de algún pariente.

Como fue el caso de esa vez en que nos vimos, había muerto un tío abuelo nuestro que casi ni tratábamos, Irma asistió con su esposo y yo con mi esposa, en cierto momento nos pusimos hablar sobre la edad del muerto, mi hermana tras mucho insistir, propuso que hiciéramos una apuesta, decía que el muerto tenía como unos ochenta y cinco, mientras que yo pensaba, que por su apariencia debía tener más de noventa años.

La cosa es que yo perdí y mi hermana se empeño en que le pagase, con algo que no habíamos acordado formalmente...

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viernes, 2 de marzo de 2007

Confesiones de mi otra personalidad

En mi vida me han sucedido cosas raras y hasta bastante locas, de las cuales la mayoría de las veces yo e sido la responsable. Mejor dicho, mi otra personalidad es la responsable.

Pero lo que me sucedió el fin de semana pasado, nunca pensé que me pudiera pasar a mi. Yo en medio de todo llevo una doble vida, por una parte soy una mujer muy juiciosa, estoy como dicen felizmente casada, soy una amante esposa, aunque me esté mal decirlo magnifica empleada, participo activamente en la iglesia, en fin casi tengo una vida perfecta.

Pero por otra parte, en ocasiones me dan unos arrebatos, que termino haciendo una locuras tremendas. Antonio mi marido, quien ignora todo sobre esos arrebatos que me dan, recientemente cumplió sus cuarenta abriles, por lo que su familia y en particular mi suegra que no me pasa, nos invitó a pasar unos días, con todos ellos en el estado de la Florida.

En principio Tony, como yo le digo, no pensaba ir, por aquello de que yo previamente le había dicho que estaba invitada a la reunión de mi clase. Pero cuando lo supe, le pedí que fuera, de lo contrario pensarían, que yo no lo había dejado ir por egoísmo. Cosa que en el fondo, no me convenía que Tony asistiera. Ya que siempre, como en todos los rencuentros de esa clase, sale alguien que se acuerda de alguna de mis tantas locuras, de cuando era estudiante, como el día cuando me encontraron el los vestidores, teniendo relaciones con dos de los jugadores estrella, del equipo de fútbol contrario, de paso ese equipo perdió, contra el de nuestra universidad. Pero esa digamos, que fue una de las menos fuertes.

Bueno pero volviendo al tema, el viernes después de que Tony tomó el avión, yo me dirigí a mi casa y uno de mis ex-compañeros de clase, llamado Luís con el que tengo bastante amistad, pasó por mí, para irnos en su auto ya que la fiesta era en una casa de campo de su propiedad. Desde que llegamos el viernes en la tarde, decidí que me soltaría el moño, es decir que haría todo aquello que me viniera en gana, como ponerme a beber hasta más y no poder, por lo que desde que llegué a la fiesta me la pase de trago en trago, cuando no era que me tomaba una cerveza, me tomaba una copa de vino o un trago de ron. Por lo que ya a eso de las nueve o diez de la noche, yo me encontraba bailando y vacilando bastante. Cuando bebo, pierdo todas mis inhibiciones, al punto que hago cosas, de las que después no es que no me acuerde, lo malo es que me acuerdo perfectamente, pero al momento de suceder, como que no me importa lo que pueda pasar luego.

Como esa noche, que después de estar bebiendo en compañía de Luis...

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él no era yo, era ella

Él no era yo, era ella...

Casi hasta los venti y tantos años, sufrí de fuertes depresiones, en apariencia no había causa justificada, simplemente desde los 13 o 14 años me encontraba en esos estados de ánimo, como me dijo el Psiquiatra, que eran cíclicos. Eso me aislaba de todo el mundo, no compartía con nadie, en fin todo un desastre. En casa se acostumbraron a verme a sí, tanto mis padres como mis hermanos y hermanas, punto que ya ni caso me hacían. Cosa que en el fondo se los agradecía enormemente, ya que no se dedicaban a fastidiarme tanto. De algo sí me di cuenta desde muy joven, era que en ocasiones mientras observaba la ropa femenina me sentía algo mejor. Ya entre los 16 o 17 años el tocar las telas de los vestidos de mi madre o de mis dos hermanas, cambiaba por completo, eso que decían de mi estado de ánimo. Ya entre los 18 o 19 años furtivamente me comencé a poner prendas de mis hermanas, claro sin que nadie lo supiera. Yo sufría un calvario completo, realmente todo el tiempo sabía que era lo que me sucedía, pero no me atrevía aceptarlo y mucho menos decírselo a nadie. No estaba contento con mi cuerpo, la verdad es que desde pequeño siempre quise ser una mujer, pero después de que mis padres me dieron una buena zurra por estar poniéndome la ropa de mis hermanas cuando tenía unos siete años de edad, más nunca por lo menos frente a ellos o mis hermanos volví a tocarla. Pero ya a los veinte,...

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Despues de viejo

Hace poco tiempo relativamente, me encontraba asistiendo ha una obra de teatro, no por mi propio gusto y gana, sino más bien por que me encontraba saliendo con una de las actrices. Pero esa es otra historia, la cosa es que de momento en el publico, observo ha esta señora sumamente atractiva, en principio le calculé como unos cincuenta y tantos años, pero que muy bien llevados, algo así como una Jane Fonda, pero de cabellos algo más oscuros, de piel blanca, rostro llamativo, ojos seductores, eso sin tomar en cuenta el cuerpo, que para una mujer de esa edad la verdad es que se encontraba fenomenal. Como mi pareja se encontraba tras bambalinas preparándose para la obra. Decidí tratar de conocerla ha ver que pasaba, ya que en el fondo desde que era bien jovencito, me llamaban la atención las mujeres mayores que yo, pero ya ha mis cincuenta y pico de años, es realmente difícil encontrar una que valga la pena y que de paso me ponga atención. Por lo que disimuladamente busqué entablar conversación con dicha dama. Pero para mi gran sorpresa, al acercarme ha ella se me ha quedado viendo y sin más ni más me saludo con gran afecto como si me conociera de toda la vida. Cosa que me dejó confundido, de inmediato realizaron la tercera llamada indicando que la obra comenzaba. Por lo que tras la confusión en que me dejó sumido, me tuve que ir ha sentar para ver la obra. En el intermedio, procuré encontrarme con ella, pero no pude encontrarla. Pero al finalizar la obra mientras esperaba ha mi compañera, veo a...

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martes, 27 de febrero de 2007

Ya no me hace falta marido

Ya no me hace falta marido…
Realmente, hasta no hace mucho tiempo, pensé que me volvía loca, cuando escuché al que hoy en día es mi ex-esposo, hablarme de divorcio. De repente, sin motivo alguno me dijo que ya no me amaba. Yo buscando alguna manera de hacerlo cambiar de opinión, me presté para que hiciera lo que quisiera conmigo, digo cosas que siempre me había pedido y yo hasta esos momentos me había negado, por que las consideraba sumamente degradantes para mi persona, no por el echo de hacerlas en sí, sino más bien por la manera en que se comportaba y las cosas que me decía al hacerlas. Durante el resto de las siguientes noches sencillamente me convertí en su esclava sexual, básicamente por el temor a quedarme sola. Ya no tenía dolores de cabeza, ni me encontraba indispuesta a complacerlo sexualmente. Sencillamente por ese temor a que me dejase sola, acepté que me hiciera cosas que de solo pensarlas, me avergonzaban. Esa misma noche, se sentó frente al televisor y sin más ni más sacó su miembro. Mientras miraba un programa porno, cosa que él sabía de sobra que a mi me molestaba, digo el que viera esos programas, nunca antes se había sacado su cosa frente al televisor, o por lo menos estando yo presente. Cuando pasé por de tras de él, estiró una de sus manos y me agarró por la muñeca, jalándome hasta que me quedé de pie ante él. Pensé que deseaba que lo masturbase, pero no era eso precisamente lo que él quería. Cuando comencé agarrar su miembro, se me quedó viendo fijamente a la boca, y con...

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